No podría explicar toda la diversión que viví en estas
fechas tan conflictivas como “el día de los enamorados”, que bien podría Cupido
argumentar “por lo menos la gente habla mal de mí, prefiero que me odien a que
me ignoren” como una de esas ñembo periodistas “paraguayas” (a confirmar) que
salen en programas de chimentos baratos intentando defenderse de lo
indefendibe. Pero, en honor a la verdad, digan lo que digan haters, lovers,
foreveraloners, todos se acordaron del Día de San Valentín, si tan poco te
importara, no lo recordarías. Pero absolutamente toda la gente con la que me
crucé y cuyos posts leí en las redes sociales, recordaron el 14 aunque sea por
el estreno de “The Walking Dead” (sí, claro…)
Desde aquellas canastas de desayuno que se paseaban en moto
por los embotellamientos hasta la escribana que hace 16 meses no me termina los
papeles del auto, han recordado poner el ambiente colorado y lleno de cosas
cursis romanticonas.
Y no quiero decir que lo cursi esté mal, de hecho lo
disfruto con mil gustos en las dosis justas recomendadas por el médico, pero al
parecer no todos piensan como yo.
Quiero decir nomás que en mi momento de soltería súbita
también me quejaba de todas estas fechas, pero tampoco al punto mortal al que
llegan todos ahora. No sé si se creerán muy cool y malotes, pero lo único que
hacen es dar lástima así, en serio. Todo esto me hace pensar cosas muy locas,
como que la figura del “foreveralone” realmente hace que cualquier hijo de
vecino con medio mes de soltería se crea que es uno y las viñetas de cuanto
cabrón lleve a todos los solteros a un estado de depresión y hostilidad contra
el mundo extrema.
Sí, yo odiaba los 14 de febrero, ¿por qué? Porque simplemente
pasaba sola, no tenía con quién disfrutar la fecha, ni nadie que me ponga
correa y me saque a pasear, ni una florcita, ni un peluchín del tipo que apenas
conocí ayer que ni me caía bien, pero era una esperanza de no sentirse
miserable, nada de nada.
Por eso me ahogaba en chocolates (la verdad que siempre me
ahogo en chocolates, cualquiera sea la razón), pero no por ello me ponía a
malaondear por todas partes donde pise.
El viejo argumento de la “fecha comercial”, la bajada de
caña de “todos son cornudos fingiendo que se quieren”, la falsa alegría de ser
soltero, la falsa tristeza por serlo.
Y muchas personas que en años anteriores daban hermosos
mensajes en honor a San Valentín, este año estuvieron puteando las 24 horas del
día, y otros tanto que odiaban tan polémica fecha, estaban todos romanticones… ¿creen que no les pillé?
Lo que quiero decir es que tal vez se sentirían menos solos
y menos agresivos si esta fecha directamente no existiera, o estarían puteando
menos si tuvieran algún fan, si no hubieran sido rebotados, engañados, cortados
, dejados de lado, etc., etc. Así que pretender demostrar que no les afecta luego
en lo más mínimo cada 5 minutos simplemente demuestra todo lo contrario, hay
que darse por enterados un poco. Y el resto de las personas no tiene la culpa
de lo que te haya pasado, y que vos lo hayas pasado no significa que todos
estén en la misma situación.
Y diré que la mayoría tiene razón en sus argumentos
malaonda. ES una fecha comercial, sí. ¿La mayoría son todos cornudos?, sí. ¿Es
una excusa para que los moteles facturen?, también. ¿Tanta alegría y ternura
haría a cualquiera vomitar arcoíris?, todo verídico.
Así también, es verdad, nunca faltan aquellos que se ponen
de novios el 13 y cortan el 15, no faltan los que justo tan inoportunamente
rompieron un día antes de los festejos acorazonados o, peor aún, en el día. Hasta
aquella película “Día de los Enamorados” que se hará realidad frente a tantos
floristas que tienen que preparar varios pedidos de arreglos florales para el
mismo proyecto de hombre con la tarjetita de “sos mi único y verdadero amor”
destinado a diferentes mujeres...
Gracias a la vida pude disfrutar de la noche romántica en un
lugar todo chuchi, muy lindo, se comía rico, gente que pagó una buena suma de
dinero por la cena romanticona y me llamó muchísimo la atención que muchas
parejas no se veían bien, o sea, en muchas mesas una de las partes de la pareja
tenía una cara de no estar pasándola bien, o cara de enojo, no sé… hasta me
sentí desubicada por estar sonriendo…
Entonces se me iluminó la vida, mucha gente va a lugares tan
lindos ¿para qué? Para aparentar estar bien con la pareja, para hacer “pinta”,
para hacer buena letra después de mandarse una equivocación casi imperdonable,
¿para qué gastan tanto dinero si no van a intentar pasarla bien?, ¿para qué
van?. Y hay que reconocer que cada pareja es un mundo, tiene sus dramas, tiene
sus esperanzas a pesar de todo y las cosas no siempre salen como uno quisiera.
Mucho de estas fechas – y se los digo a la gente que tanto
se queja- sí, señores, es puro aparentar, puro pretender ser algo frente a los
demás, tal vez por esa loca necesidad de no pasar el día solo. Tal vez por
tener que tenerle contento al oficial, al extra, al otro extra y a los que
vienen después, a pesar de que ninguno de ellos termina de hacerte sentir algo
real. Y muchos la pasan mal a pesar de haber recibido chocolates o el famoso
peluchón que ni cabe por la puerta de tu pieza, ¿saber eso les hace más felices
acaso?, ¿no se puede acaso dejar a los demás pasarla bien?, ¿no se pueden poner
contentos con los demás, como seguramente alguna vez la gente seguro hizo
contigo cuando estabas con ese tan famoso ya ex novio con el que tanto
disfrutaste las cenitas a la luz de las velas y los paseos de la manito por los
shoppings?
Así que, no hay nada por lo cual ponerse agresivo por un
viejo dolor e intentar con la mala onda arruinar el día de los demás, sólo
porque yo no puedo pasarla bien. Les aseguro que en el momento que les toque
(si ya no les tocó aun) estar perdidamente enamorado de alguien, una fecha así
les va a parecer un día lindo, agradable, para disfrutar y van a ser tan
cursis o más de lo que alguna vez
criticaron a los demás. A todos nos llega o ya nos pasó. Es parte de ser
humano, lo siento.
Y la gente que de verdad está enamorada no necesita
incinerar sus billeteras, chequeras y tarjetas de crédito en regalos, ni
preparar actividades súper especiales para que todos los vean, la gente que de
verdad se quiere, celebra el amor y los conflictos que éste conlleva todos los días.
Al fin y al cabo, es el día del amor, no de las parejas… así que a celebrar el sentimiento que mueve al
mundo, no te hagas el ciego y ve que tenés amigos, familia, proyectos, trabajo,
personas y cosas que amás. Finalmente, tené lo que escribo muy presente y
ponéle onda, que el año que viene, podés ser vos a quien acierte ese tal Cupido con una de sus flechas
y andes por ahí flotando en nubes de algodón amoroso. Puede sonarte ridículo,
pero es mi compromiso decirte la verdad.
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